El Ayuntamiento de Úbeda colabora con el campamento de verano para menores con diabetes que se celebrará en la ‘Garza’
Pediatras, monitores y asociaciones se unen para ofrecer a niños y niñas de 8 a 15 años una experiencia educativa, lúdica y transformadora

Del 25 al 29 de agosto, el complejo deportivo de La Garza, en Linares, acogerá un campamento pionero dirigido a niños y niñas de entre 8 y 15 años que padecen diabetes tipo 1. La iniciativa, organizada de forma conjunta por los equipos de Pediatría del Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda y del Hospital San Agustín de Linares, junto a la Asociación de Diabéticos de Úbeda y La Loma (ASODIA) y el Ayuntamiento de Úbeda tiene como objetivo principal favorecer el aprendizaje autónomo, la socialización y el bienestar físico y emocional de estos menores.
Durante cinco días y cuatro noches, los participantes convivirán en un entorno seguro y acompañado por profesionales sanitarios, muchos de ellos también con experiencia directa con la diabetes tipo 1. A través de juegos, dinámicas grupales y actividades deportivas, los menores aprenderán a contar hidratos de carbono, ajustar sus dosis de insulina y adquirir hábitos saludables, todo ello en un ambiente lúdico, afectivo y de confianza, compartiendo vivencias con otros niños que viven la misma situación.
El proyecto ha sido presentado por Francisca Isabel Millán, concejala de Salud del Ayuntamiento de Úbeda; Carmen Olivares, presidenta de ASODIA; y Laura Cánovas, pediatra del Hospital San Juan de la Cruz.
Apoyo institucional y compromiso con las familias
La concejala Francisca Isabel Millán ha mostrado su respaldo entusiasta a esta iniciativa, que —según ha declarado— “llegó a la Concejalía de Salud como una propuesta cargada de sensibilidad y realismo”. Millán ha señalado que “vivir con diabetes desde la infancia es un reto no solo clínico, sino también emocional y social para toda la familia, y este campamento es una herramienta excelente para abordar todos esos aspectos desde una óptica positiva y educativa”. Asimismo, ha anunciado una aportación municipal de algo más de 900 euros destinada a reducir el coste de participación de las familias ubetenses.
“No podíamos mirar hacia otro lado ante un proyecto tan valioso. Los niños no solo van a aprender, también van a vivir una experiencia inolvidable en la que se reforzará su autonomía y autoestima. Y sus padres, que están implicados las 24 horas del día, también podrán descansar sabiendo que sus hijos están acompañados, seguros y felices”, ha afirmado.
Un proyecto conjunto
Por su parte, Carmen Olivares, presidenta de ASODIA, ha mostrado su entusiasmo por esta nueva iniciativa. “Estamos haciendo otro proyecto más, en este caso dedicado a los niños de Úbeda y también con participación de Linares. Cuando hablé con Paqui Millán sobre la idea, no lo dudó ni un segundo”, ha relatado.
“Que los niños aprendan, pierdan el miedo y vean que, aunque la diabetes es una enfermedad crónica, se puede llevar con disciplina. Se les va a enseñar jugando, que es lo más importante, y además verán que no están solos. Conocerán a otros niños que, como ellos, se ponen la insulina, cuentan las raciones, hacen ejercicio… y viven una vida completamente normal”.
Además, ha insistido en el valor emocional y formativo de esta experiencia. “Los niños podrán comer de todo con orden, igual que una persona con colesterol puede comerse unas gambas de vez en cuando. Gracias a los avances científicos, la diabetes ya no es lo que era. Y este campamento es también para que los padres puedan descansar, sabiendo que sus hijos están en buenas manos, con sus pediatras de siempre y con monitores que también viven con esta condición”.
Formación de la mano de los profesionales
La pediatra Laura Cánovas, del Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, ha ofrecido una visión técnica y emocional del campamento. “Somos un grupo de pediatras del Hospital de Úbeda y del Hospital San Agustín de Linares que queríamos ofrecer a nuestros pacientes una experiencia distinta. El campamento durará cinco días, del 25 al 29 de agosto, con cuatro noches, y está pensado para formar en el manejo de la diabetes de una forma divertida y práctica”.
Cánovas ha explicado que los menores “aprenderán a contar raciones de hidratos de carbono, a ajustar sus dosis de insulina, a manejar situaciones de hipoglucemia e hiperglucemia y a interpretar los valores de sus dispositivos de monitorización de glucosa”. Todo ello a través de dinámicas adaptadas a su edad: juegos, muñecos, actividades físicas y talleres.
“Es fundamental que estos niños vean que no están solos. En sus colegios muchas veces son los únicos con esta condición y pueden sentirse distintos. Aquí verán que hay otros como ellos, incluso mayores, que hacen vida completamente normal. Eso fortalece la autoestima, la confianza y les aporta herramientas para su futuro”.
Asimismo, ha subrayado que el impacto de este tipo de actividades también se refleja en las familias. “La carga emocional que soportan los padres es enorme. Este campamento también es para ellos: para que descansen, sabiendo que sus hijos están acompañados por un equipo que los conoce desde su diagnóstico y que se dedica a su bienestar”.
“Los beneficios del campamento serán visibles en su día a día: mayor autonomía, mejores hábitos, una actitud más segura ante la enfermedad. Si se forman desde pequeños, pueden tener una vida plena, con una esperanza de vida igual o incluso superior a la media. Y todo empieza por enseñarles a cuidarse y a confiar en ellos mismos”, ha concluido.













