La Fundación Caja Rural de Jaén apoya la restauración de un cuadro del siglo XVIII de la iglesia de Santa María del Alcázar y San Andrés de Baeza

La intervención en el óleo sobre lienzo Descenso de la Virgen Inmaculada será ejecutada por María Isabel Alba

Restauración óleo Santa María del Alcázar y San Andrés Baeza
Restauración óleo Santa María del Alcázar y San Andrés Baeza.

La Fundación Caja Rural de Jaén y la iglesia de Santa María del Alcázar y San Andrés Apóstol de Baeza han dado a conocer el proceso de restauración que se pondrá en marcha para recuperar una pintura anónima del siglo XVIII, ubicada en esta parroquia baezana. María Isabel Alba Fernández de Moya será la restauradora encargada de llevar a cabo la intervención en la pintura titulada Descenso de la Virgen Inmaculada.

El gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas, y el párroco de Santa María del Alcázar y San Andrés, Andrés Nájera, han detallado algunas de las características de la restauración de una obra “singular por su iconografía, tan poco habitual, en la que se representa a la Virgen con Dios Padre. Creo que va a quedar una obra magnífica para esta parroquia”, ha remarcado García-Lomas. “Una de nuestras misiones es ayudar a recuperar el patrimonio y darlo a conocer para que la gente lo pueda valorar”, ha añadido.

Por su parte, Andrés Nájera ha agradecido el apoyo de la Fundación Caja Rural de Jaén para llevar a cabo la recuperación de una obra “muy interesante a nivel iconográfico, histórico y artístico. Es un día de enhorabuena, no sólo para nuestra parroquia, si no también para Baeza y para la provincia”.

La pintura a restaurar es un óleo sobre lienzo, de autoría anónima, de 252 cm de altura y 200 cm de anchura. La obra presenta un mal estado de conservación, especialmente con un grave deterioro del soporte en la zona inferior. Se observa un ennegrecimiento generalizado de la obra debido a la oxidación y oscurecimiento de los barnices y a la gran cantidad de suciedad acumulada. A ello se añaden varias roturas en el lienzo, así como craquelados y pérdida de adhesión de la capa pictórica. En el marco de la pieza aparecen elementos añadidos ajenos como clavos con piezas de porcelana aislantes, puntas, además de grietas y desencolado de algunas partes.

María Isabel Fernández de Moya ha reconocido que afrontar esta restauración es “un reto que me va a dar mucha satisfacción, va a ser un trabajo precioso. Será un privilegio ver cuando esos colores recuperen su tonalidad original. Va a ser un lujo poder contribuir a su recuperación”.

La intervención, que se extenderá por un tiempo aproximado de dos a tres meses, partirá con una protección de la capa pictórica y posterior fijación, tras lo cual se procederá a la colocación de parches en las zonas de rotura del lienzo. Asimismo, se eliminarán deformaciones de la zona inferior y se llevará a cabo un proceso de limpieza de la policromía por medios químicos y mecánicos. La fase final contemplará la aplicación de un tratamiento preventivo antixilófagos sobre el bastidor, así como un estucado y nivelado de las pérdidas de capa pictórica y las lagunas cromáticas, complementándose con una reintegración cromática y un barnizado final.

De igual modo, se aplicará un proceso similar en el marco de la pieza, al objeto de lograr una recuperación correcta.

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