Comienza la limpieza y pulido del pavimento de la Iglesia de San Ignacio de Baeza
Esta actuación se enmarca dentro del Programa de Mejora, Conservación y Rehabilitación de Edificaciones Municipales
Ignacio A. Montoro, concejal de Patrimonio, ha realizado una visita técnica a la Iglesia de San Ignacio, donde se está llevando a cabo la limpieza y pulido del pavimento del templo, de propiedad municipal, como continuación de las obras de conservación y restauración finalizadas.
Montoro Fernández ha detallado que “el estado que presenta el pavimento (terrazo de los años ochenta) tras las obras de los últimos meses, es de un aspecto empolvado y rayado; por lo que es muy necesario dejar solventadas estas deficiencias a través del pulido, empastado y abrillantado de toda la planta de la edificación para completar la intervención anterior” ha asegurado.
El edil del ramo ha informado que “estos trabajos hay que enmarcarlos como continuación de las obras ya realizadas dentro del Programa de Mejora, Conservación y Rehabilitación de Edificaciones Municipales del Centro Histórico de Baeza, cuyos objetivos son asegurar la conservación, restauración y recuperación de nuestro patrimonio histórico para seguir usando nuestros bienes y permitir que las siguientes generaciones puedan disfrutar del paisaje histórico-urbano que afortunadamente hoy contemplamos”.
Por último, el concejal de Patrimonio ha resaltado que “en una ciudad con un legado tan representativo y universal, uno de nuestros objetivos prioritarios es la protección de todos los elementos que han venido conformando la ciudad histórica; desde los edificios situados en el corazón del conjunto histórico, como aquellos que se hallan esparcidos por nuestra ciudad, como es el caso de la iglesia que nos ocupa”.
Iglesia de San Ignacio
El templo barroco de San Ignacio es un elemento constructivo de un alto valor cultural para Baeza. Formó parte del Colegio-Seminario de los Jesuitas levantado en el Ejido (zona de esparcimiento de la ciudad por excelencia). Este complejo jesuítico, fue fundado por el baezano don Antonio de Raya y Navarrete, Obispo de Cuzco y se inicia a finales del siglo XVI, concluyéndose durante el siglo XVII.